Si te vendaran la mano en la misma posición durante años y alguien te cortara la venda e intentara movértela, ¿ que crees que ocurriría?. La mano volvería a la posición en la que había permanecido fija durante todo ese tiempo. Pero mediante la repetición puede recuperarse el movimiento y colocación normales. Lo mismo sirve para la columna vertebral.
Cuando las vértebras están mal alineadas y «trabadas» de forma crónica durante cierto tiempo (subluxadas), los músculos y ligamentos que les dan apoyo tienden a mantenerlas en esa posición. La primera vez que un quiropráctico intente ajustarlas, al igual que la mano vendada, puede que las vértebras regresen a la antigua posición. La misma en las que estaban cuando se encontraban fijas. Por esa razón «una vez y ya está» rara vez funciona con la quiropráctica. El cambio requiere repetición.
La frecuencia y la repetición son componentes necesarios en cualquier plan de cuidado quiropráctico. Además mientras más consistente seas con tus ajustes, mejores serán los resultados. Para los quiroprácticos la definición de sanidad es hacer lo correcto una y otra vez hasta que se recupere la salud.
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