- Family Quiropractic
¿Te huele algo a quemado?
Un médico de familia le dice a su paciente:
«Hay tres estadios de dolor. En la primera etapa, el dolor es lo suficientemente malo como para reclamar tu atención.
En la segunda etapa, se apodera de ti, y en la tercera finalmente te obliga a hacer algo al respecto».
El paciente le pregunta a su médico: «Cuando llega al estadio tres, ¿qué debería hacer?»
Sin pestañear, el médico se vuelve hacia él y le dice: «Tomarte un ibuprofeno».
(Una historia triste y real)
Lo peor de todo es que el paciente pensaba en realidad que se trataba de un buen consejo.
Cuando le cuenta la historia a su quiropráctico, éste le responde:
«Si el detector de humos se disparara en tu casa, la primera vez probablemente te llamaría la atención; la segunda con toda probabilidad la alarma se apoderaría de ti. Pero si se disparara una tercera vez y finalmente te vieras obligado a hacer algo al respecto, ¿le sacarías las pilas para no tener que seguir oyéndola?»
«Por supuesto que no» –respondió el paciente-, «eso sería algo estúpido».
El paciente había comprendido la cuestión.

¿Cuál es la moraleja de la historia?... Los síntomas son un intento por parte de nuestro cuerpo de salvarse a sí mismo. Enmascarar los síntomas (ya sea dolor, nauseas, diarrea o fiebre) con medicamentos no arregla el problema; de hecho, puede empeorar la situación. Es más inteligente ir a la CAUSA del problema y hacerse cargo de ella de la forma CORRECTA. Por eso llaman a los quiroprácticos DC*,
¡Porque son Doctores que buscan las Causas!