Un médico de familia le dice a su paciente: “Hay tres estadios de dolor. En la primera etapa, el dolor es lo suficientemente malo como para reclamar tu atención. En la segunda etapa, se apodera de ti, y en la tercera finalmente te obliga a hacer algo al respecto”.
El paciente le pregunta a su médico: “Cuando llega al estadio tres, ¿ qué debería hacer?” Sin pestañear, el médico se vuelve hacia él y le dice: “Tomarte un ibuprofeno”. (Una historia triste y real).
Lo peor de todo es que el paciente pensaba en realidad que se trataba de un buen consejo. Cuando le cuenta la historia a su quiropráctico, éste le responde: “Si el detector de humos se disparara en tu casa, la primera vez probablemente te llamaría la atención; la segunda con toda probabilidad la alarma se apoderaría de ti. Pero si se disparara una tercera vez y finalmente te vieras obligado a hacer algo al respecto, ¿le sacarías las pilas para no tener que seguir oyéndola?” “Por supuesto que no” –respondió el paciente-, “eso sería algo estúpido”. El paciente había comprendido la cuestión.
¿Cuál es la moraleja de la historia?… Los síntomas son un intento por parte de nuestro cuerpo de salvarse a sí mismo. Enmascarar los síntomas (ya sea dolor, nauseas, diarrea o fiebre) con medicamentos no arregla el problema; de hecho, puede empeorar la situación.
Es más inteligente ir a la CAUSA del problema y hacerse cargo de ella de la forma CORRECTA. Por eso llaman a los quiroprácticos DC,
¡Porque son Doctores que buscan las Causas!
En nuestro centro quiropráctico de Barcelona puedes preguntar por cualquier tratamiento o servicio de recuperación. Somos especialistas en parestesia, jaquecas, pinzamientos lumbares, dolor de hombros, dolor intercostal y todo tipo de subluxaciones.